Hipnosis: verdades y mitos

Todo lo que no te contaron (o te contaron mal)
Hay pocas palabras tan cargadas de prejuicios como “hipnosis”.
Y no es casual. Entre películas de terror, shows de teatro y la desinformación que circula, la hipnosis quedó asociada a cosas raras: control mental, péndulos, gente que se olvida de todo o que clava los ojos como si le hubieran hackeado el alma.
Y no. Nada que ver.
La hipnosis clínica no tiene nada que ver con eso.
Es una herramienta poderosa, profunda y absolutamente seria, que usamos en contextos terapéuticos reales, con personas reales, para resolver problemas reales.
Pero claro, primero hay que limpiar la maleza de los mitos. Y para eso, hay que decir las cosas como son.

Mito #1: “Me vas a controlar la mente”
No. Y qué bueno que no se pueda. Porque sería peligrosísimo.
La hipnosis no es control. Es colaboración.Nadie hace nada que no quiere. Nadie queda “poseído”. Nadie pierde su voluntad.
Al revés: la hipnosis bien hecha te devuelve el control. El control sobre lo que hasta ahora parecía automático: un hábito, una emoción, un impulso, una reacción.
Si alguna vez viste hipnosis de espectáculo, entendé esto: eso no es hipnosis clínica. Son personas predispuestas a jugar, a exagerar, a dejarse llevar. No hay magia. Hay contexto y show. Acá trabajamos con otra cosa.

Mito #2: “Y si me quedo dormido… ¿sirve igual?”
Dormirse no es hipnosis. Aunque en algunos momentos pueda parecerse, especialmente en audios o sesiones de relajación profunda.
La hipnosis es un estado especial de conciencia.No estás dormido ni despierto. Estás en un modo de atención diferente: focalizado, receptivo, interno.
Estás más conectado con tu mundo interno, con tus imágenes, emociones y creencias. Por eso es tan potente. Porque accede a capas que en la charla cotidiana no se activan.
Dormirte puede pasar, claro. Pero la hipnosis clínica se hace “despierto”, relajado, presente, trabajando desde adentro.

Mito #3: “Yo no soy hipnotizable”
Error común. Todos los seres humanos sanos somos hipnotizables. La diferencia es cómo y cuánto. Hay personas que entran en estados profundos rápidamente. Otras necesitan más tiempo o un enfoque más suave. Pero la capacidad está.
¿Sabés qué requiere? Confianza. Permiso interno. Y guía profesional.
No es algo que “te hacen”. Es algo que hacés con otro. Y cuanto más querés el cambio, más fácilmente lo vas a permitir.

Mito #4: “La hipnosis es para cosas raras, no para lo mío”
Otro mito clásico. Y muy limitante.
Porque la hipnosis no es para “problemas raros”. Es para todo aquello que tenga un componente inconsciente. Y eso incluye ansiedad, insomnio, miedo a hablar en público, postergación, tabaquismo, sobrepeso, autoestima, rendimiento deportivo, hábitos destructivos, dolor crónico, inseguridad… y la lista sigue.
La hipnosis es útil cuando sabés qué querés cambiar, pero algo en vos no lo permite. Cuando tu parte racional dice una cosa, y tu comportamiento hace otra. Ahí, justo ahí, es donde la hipnosis trabaja mejor.

Mito #5: “Tengo que creer para que funcione”
Falso. Esto no es un acto de fe. Es un proceso neurofisiológico.
Claro que si venís con una actitud de rechazo total, el proceso se complica. Pero no porque “no creas”, sino porque no te das permiso.

La hipnosis funciona por cómo opera el cerebro cuando baja sus defensas cognitivas y se abre a trabajar con imágenes, emociones y sugestión bien dirigida. No es mística. Es ciencia aplicada.
Y si necesitás más evidencia, hay estudios clínicos, meta-análisis y resultados medibles. Pero más allá del paper, están los miles de pacientes que cambian su vida gracias a esta herramienta. Y eso, para nosotros, pesa más que cualquier teoría.


¿Querés comprobar por vos mismo qué es y cómo puede ayudarte?
En Hipnosis Group trabajamos con hipnosis clínica seria, sin show, sin promesas vacías, sin atajos mágicos.
Si sentís que estás repitiendo patrones que ya no querés, si tu mente parece ir por un carril distinto al que vos elegís, tal vez sea hora de cambiar el enfoque.
Contactanos. Conversemos. Descubrí qué puede hacer esta herramienta cuando se usa con conocimiento, profesionalismo y respeto.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *